jueves, 10 de noviembre de 2016

Jean Jacques Rousseau

Una de las personalidades más salientes de la pedagogía de la historia de la pedagogía, a diferencia de convenio, Pestalozzi o Froebel, no fue propiamente un educador, pero sus ideas pedagógicas han influido decisivamente sobre la educación moderna sus ideas pedagógicas han subsistido a través del tiempo con gran vitalidad y frescura dado el carácter insiste matico de Rousseau, es muy difícil reducirlas a unas pocas líneas sin embargo, en sus manifestaciones se percibe ciertas ideas esenciales. Se ha dicho que la pedagogía de Rousseau es naturalista que predica el evangelio de la naturaleza frente a la cultura y la sociedad. En la educación humana lo primero que exige es la libertad, la independencia respecto a los demás hombres.

Otro principio esencial de la pedagogía de Rousseau es el de la actividad, en aprender por la propia experiencia, en vez de por la enseñanza de los demás “Haced a vuestro alumno atento a los fenómenos de  la naturaleza, bien pronto le haréis curioso; para alimentar su curiosidad, no os apresuréis jamás a satisfacerla. Poned a su alcance las cuestiones y dejádselas resolver. Que no sepan nada porque se lo habéis dicho, sino porque lo ha comprendido él mismo: que no aprenda la ciencia, que la invente”.

Unido a esto está el de la psicologización de la educación, Rousseau ha sido el primero que ha visto claramente la diferencia entre la mente del niño y el adulto, pone la infancia en el centro de la educación, es el primero que ha reconocido a la infancia como una edad propia, como una etapa con caracteres peculiares, que hay que estudiar y respetar, antes de él el niño era solo un hombre pequeño, “No se conoce a la infancia; con las falsas ideas que se tiene de ellas, cuanto más lejos van más se extravían… la infancia tiene maneras de ver, de pensar, de sentir que le son propias”. A esta etapa  de la infancia sigue la de la adolescencia, que tiene también caracteres propios, y que igualmente hay que conocer y respetar.

Magisentrismo (maestro) à  educa al hombre

Paidecentrismo (infancia, como acontecimiento) à educa al niño

“El único que hace su voluntades aquel que no tiene necesidad, para hacerla, de poner los brazos al extremos de los suyos, de donde se sigue que el primero de todos los bienes no es la autoridad sino la libertad”. Pero esta libertad no es limitada; esta reglada por la necesidad, por la fuerza de las circunstancias naturales, que sustituyen al mandato y la obediencia sociales y artificiales.

Para resumir sus ideas pedagógicas en pocas palabras, habrá que decir que para Rousseau:

1.     La educación constituye un desarrollo natural, que procede de adentro afuera, en vez de ser una construcción de fuera a dentro, como querían Locke y los sensorialistas.
2.     La educación comienza con la vida y que en ella e debe proceder gradualmente acomodándola a las diversas etapas del desarrollo.
3.     La educación ha de enseñar a vivir, ha de ser activa y realizarse en un ambiente de libertad.
4.     La educación ha de atender tanto al aspecto físico como al intelectual y moral, y que en ella el sentimiento y la vida afectiva tiene que ocupar un lugar importante, como la razón.
Dentro de la teoría de Rousseau, existe de igual manera un punto débil, la educación de la mujer que la reduce a ser la compañera del hombre y que la subordina todo a esto, así mismo falta en Rousseau las ideas de:

1.     Educación popular
2.     Educación de la masa, pese a que en otro trabajo se haya ocupado someramente de la educación nacional.

En el principio de su libro El Emilio, existe un contraste entre la educación del hombre y la del ciudadano. En el segundo libro del Emilio, contrapone “la dependencia respecto de las cosas considerándola educativa, a la dependencia respecto de los hombres” estimándola domo des-educativa, caprichosa y desordenada.


Emilio es una novela pedagógica escrita con la declarada intención de exponer en forma concreta los criterios educativos que se han sugerido, mostrándolos en su forma afectiva aplicación a un niño imaginario confiado a un preceptor que no es otro que el mismo Rousseau. Los cinco libros de Emilio trazan el desarrollo del alumno, desde el nacimiento hasta el matrimonio y la paternidad.

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