Goethe, contemporáneo
que no se ocupó sistemáticamente de la educación pero en gran parte de sus
obras expuso ideas pedagógicas y en una de sus obras más importantes dedicó
gran parte a la llamada “Provincia
Pedagógica”. Estuvo influido por la
ideas de Rosseau y Basedow, pero difiere de ellas en muchos puntos.
Para
Goethe la educación es una labor espiritual, humanización. Lo característico
del hombre es la vida y en este sentido la pedagogía de Goethe es ante todo una pedagogía vital. En ella
emplea la idea del desarrollo de la metamorfosis a partir de un núcleo original
que se manifiesta en formas diversas, pero que se revela de igual en todas sus
manifestaciones. El desarrollo del desarrollo en que consiste la educación no
se realiza de un modo natural, predeterminado y pasivo, sino solo mediante la acción y el esfuerzo
propios, el hacer constituye uno de
los rasgos esenciales de la pedagogía de Goethe.
Goethe
no es sentido estricto un filósofo, acabó por forjarse una visión naturalista,
profundamente unitaria, de la realidad. La formación humana es un hecho
unitario y total, constituido de experiencia viva y práctica, pero al cual
contribuye también la contemplación amorosa casi religiosa de las infinitas
formaciones naturales.
En
una de sus obras intenta delinear en forma más concreta sus conceptos
educativos mediante la representación de lo que él llama “la provincia
pedagógica”. Se trata de una imaginaria y dichosa comarca, donde los niños se
educan en el modo más natural, iniciando gradualmente por sus inclinaciones y
su grado de madurez, en actividades agrícolas, artesanas y artísticas.
Por
consiguiente el pensamiento goethiano sobre la educación sigue una curva
paralela a la de su desarrollo espiritual y artístico, tres fases principales:
1.
Reivindicación
del derecho a desenvolver y expresar libremente la propia naturaleza
2.
Persecución
del ideal clásicamente armónico, constituido sobre el modelo de la paideia
griega
3.
Preocupación
de atender más bien a las exigencias de formación social, con fines de servicio
social a través de actividades sociales.
Shiller, se ocupa de la educación en relación con
la estética, para él no hay otro camino para hacer racional al hombre sensible
que no sea el arte, constituyo también una teoría sobre el juego como medio
para la formación de la personalidad.
Arranca
de la experiencia del Sturm und Drang
para llegar más tarde a un ideal de equilibrio clásico. Sin embargo, estaba
dotado de un intelecto y una cultura más concretamente filosófica, formuló su
ideal en términos precisos a los que dio una interesante justificación teórica.
Existe
la posibilidad de hacer que los dos instintos actúen al unísono y el que la
crea es un tercero instinto:
1.
El
instinto del juego, da la forma a la materia y confiera realidad sensible a la
pura forma racional.
2.
Juego
físico, en lo que el ser animado de rochan en movimientos placenteros su
exuberante plenitud.
3.
Juego
estético, es esencialmente un movimiento de la imaginación.
La
experiencia estética, en cuanto experiencia de ese equilibrio dinámico entre
opuestos impulsos prácticos, es al mismo tiempo plenitud sentimental y
libertad, porque quien realiza en si un
tal “estado estético” de indeterminación esta siempre en plena libertad de
disponer en sí mismo de acuerdo en los dictámenes ulteriores de la moralidad.
Excelente aporte, gracias.
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